miércoles, 1 de octubre de 2008
Cuchara olvidada entre la espuma
Entre mis pasos pesados de culpa, eché un ojo en el lugar donde los platos pierden su historia y entre mi sorpresa, observé un pequeño brillo en medio de la espuma.
Bañándose no estaba, ni tampoco en costumbres turcas, yacía ahí olvidada y desparramada por lo que alguna vez fue una nueva oportunidad.
La miré con pena, su brillo seguía despanpanante, el problema no era suyo, sino de esa masa asquerosa que la enterraba en el desacierto.
Aunque estaba a su lado, con las manos vacías y lo pies inyectados con pesar, me dediqué a solo observar, sin ninguna idea de qué hacer, ni tampoco, de algún acto heroico para reflejar.
Caminé por su lado y sentí su lágrima bañándome en tristeza, miré hacia adelante pero en realidad, había volteado a acariciarla, porque mi ser, mi verdadero interior, lo que yo quiero mostrar, se devolvió, la lavó, la secó y la guardó junto con las otras cucharas.
Sin embargo, ese coma profundo que me asecha día a día me ha convertido en parte de esa asquerosa espuma.
Solo puedo dedicarme a una cosa, perdón, cucharita, por eso.
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