miércoles, 19 de noviembre de 2008

Decisión.

He comenzado a ser realista: me he dado cuenta que mi visión de doble vida no era más que una patraña ineficazmente configurada por mi propio ser.

No puedo ser escritora y pianista, no puedo ser Neruda y Arrau a la vez, tengo que elegir.

Mi decisión no se basa en lo que el resto dice, sino en mi propia pasión que desborda mi alma, esa pasión que ha hecho a mi corazón elegir el piano.

La música me da más sangre que las letras, el sonido me hace sentir viva, la literatura provoca mi pensar y sentir pero ni pizca de lo que es el canto de El Gran Pentagrama.

Soy música, soy pianista…

No soy poeta, ni tampoco actriz, ni periodista ni política, ¡soy pianista!

Anhelo

Anhelo