lunes, 30 de marzo de 2009

No soy como el modelo.

Yann Tiersen me acompaña con Octobre.

Supongo que mis zapatos pesados y obesos no son de tu agrado…

Imagino que mis rizos abultados, castaños y esponjosos no van con el modelo.

Presumo que es la niñez de mi exterior lo que te confunde.

Mi rostro casi evangélico y mis manos pianistas, mi pera de cuerpo, mi cabeza de filosofía. ¿Es, a caso, la filosofía política? ¿Es, a caso, el rojo de mi sangre?

Pequeñita como un perfume…

Es difícil comprender cuando quien ha hablado de rosas te refriega las espinas.

Sin embargo, aquí solitaria, con mi rizos castaños, mis zapatones, mi mochila artesanal (boliviana-peruana, quién sabe), mi carita inocente, mis gritos por el pueblo…

Soy feliz.

Indefinidamente feliz por los siglos que dure el arte y la pasión, por la gracia de la existencia, por el grueso del dolor, por la avaricia del cero y la infinidad de lo periódico, por los químicos odiosos y por la física mareante, por la matemática exacta, por el lenguaje encantador, por el francés que aún no sé, por la historia de la humanidad, por la religión que no creo, por la ciencia que no me satisface, por la filosofía que me hace imaginar, por los sueños de los que no logro despertar, por los amigos del alma, por la familia que me guarece…

Por la música, aquí estoy.

Anhelo

Anhelo