miércoles, 30 de julio de 2008
Ha vuelto a ocurrir...
Es como una enfermedad que me toma de repente, sin previo aviso.
¿Un grito de mi alma o una terrible queja de mi cabeza?
Nunca ha ocurrido mientras disfruto (¿disfruto?) de la lucidez del día, sin embargo, en las noches, cuando el sueño no está ni conciliado ni alejado, aparece entre las sombras de mi interior.
Ya no es una, ahora son muchas y ¡conocidas! es increíble...
Me asusta pensar en un futuro manchado por el efecto "bola de nieve" o imaginarme entre prendas blancas y entornos acolchados, tengo un miedo cerval de un futuro entre delirios, sin embargo, no ceso de pensar en ello, sabiendo lo mal que me hace.
Oh, Vincent ¿Sentías lo mismo?
Quisiera, en este instante, poder aclarar mi propia situación y resignarme al resultado que sea, pero el destino es más cruel, me somete a una incertidumbre abierta a la imaginación negativa y funesta, es que el pánico de ver mi cuerda tirante tendida en el piso de esta sociedad que forma cuadrados o lineas delirantes, me abre las puertas a la negra reflexión.
Soy una víctima de mi propio pensamiento victamitorio, soy una rea de la prisión que han creado mis ojos, ojos que al ver el exterior, han decidido negarme la libertad, libertad que en estos días, no es más que un paseo de perros. El sistema es nuestra correa y unos pocos son nuestros amos.
¡No quiero ser un perro que pasean por el parque, pero tampoco una presa de mis propios pensamientos!
Solo pido una cosa, ser una marioneta del arte, eso lo resolvería todo...
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