viernes, 31 de octubre de 2008

Ausente

Es deprimente y patético a la vez anhelar expresar este dolor, esta soledad. Mi única pregunta es: ¿dónde está? ¿dónde está mi alma gemela? Da lo mismo si es hombre o mujer, amigo, algo más o una amiga, da igual... Soy un pez que nada por un mar muerto, el mar del pesimismo. Cada segundo que pasa pienso que no existe, que no es, que no hay nadie como yo que logre pensar como mi ser y quererme así como soy. Amigos tengo, pero viven en su mundo (al igual que yo en el mío), sin embargo, en mis tierras no habita nadie más que mi persona... Choco con las piedras y no logro encontrar, me pierdo entre las algas y no me animo a seguir... La soledad se hace condena, una soledad mental que nadie ha logrado llenar. ¿Dónde estás?

lunes, 27 de octubre de 2008

El abrigo de los secretos

Miró la noche, la luz de la luna la estaba obligando a partir.

Sin el más mínimo sigilo abandonó su hogar y comenzó a caminar. A pocos metros, divisó una pequeña lucecita, parecía un kiosquito pequeño, se acercó y tras percatarse que de un gran negocio se trataba, entró al local.

-¿Me da un paquete de cigarros? –le solicitó a la vendedora.

-¿Cuántos años tienes tú? –respondió ésta.

-Dieciocho.

-Deja ver tu carné.

Paula, con extrema decisión, decidió hacer real el continuo pensamiento de la vendedora respecto a los jóvenes bohemios, por lo que abrazó con sus dedos su pequeño documento, sacándolo en tal momento en que la vendedora poseyera la máxima atención.

Con ademán insolente, Paula golpeó con el pedazo de plástico a la funcionaria, provocándole un grito estremecedor.

Rápidamente, la joven tomó la cajetilla, comenzando una apurada carrera contra la justicia.

En medio de la calle, un vehículo pasó, era un taxi.

-¡Eh, taxi! –Le gritó.

El auto paró y el taxista con complejos de grabadora, le preguntó:

-¿Hacia dónde se dirige?

-Al Terminal.

El conductor, al percatarse de la aproximada edad de la adolescente, se preguntaba qué hacía una niñita en altas horas de la noche en un taxi rumbo al Terminal.

-No te importa –Contestó impetuosamente la joven.

-¿Me habla a mí? –preguntó incrédulo el conductor, alucinando una imposible facultad mental de la niña.

-No, claro que no –le respondió- Le hablo a ese otro vacío ser con el que me comunico por el celular que no estoy usando.

-Ah… -asintió el taxista- Pero si no estás usando un celular…

Paula ya se había bajado del automóvil.

-Benditas luces rojas –pensó la chica.

Nuevamente emprendió una carrera. Entre sobresaltadas respiraciones, logró llegar al Terminal, tomó el inmediato bus rumbo a Valparaíso y viajó entre plácidos sueños sobre los cómodos asientos.

La noche ya había envejecido, el día comenzaba a hacerse real.

Bajó del bus, sin ninguna maleta, sin ninguna pertenencia, solo su abrigo de múltiples compartimientos. Corrió hacia el litoral y se sentó en la arena, se sacó sus zapatos y percibió el frío de la sal marina, el ímpetu de esa marea incesante, esos oleajes danzantes.

Ahí, en medio de la arena estaba Paula, con las manos en sus bolsillos, palpando aquello que la llenaba, palpando esa sensación única.

Ahí, estaba Paula, esa mujer de pensamientos, esa mujer que lo sabía todo.

viernes, 24 de octubre de 2008

Rabia

Desesperación. El griterío constante asecha mis sentidos.

Amonestación tras amonestación. Tic-tac, tic-tac, el incesante ruido, la alegoría constante de malditas bromas, de a poco se llena el vaso, de a poco explota el volcán.

Tic-tac, tic-tac…

“Pulga en la oreja”, “pulga en la oreja”

Grito, chillido, golpe, cachetada, lanzamiento, ¡pah!

Tic-tac, tic-tac…

¡Aaaah!

El sauce ya no llora, el sauce está gritando, ¡el sauce está explotando!

jueves, 23 de octubre de 2008

Sentimental

Sí, lo sé. Soy una mujer sentimental. Algunas veces desearía ser hueca, llorar por tonterías como tantas mujeres que conozco, pero no por melodramas minuciosamente elaborados. ¿Por quién? ¡Por mí! Soy la culpable de todo... Desearía no llorar por las guerras, ni por la religión (elemento para manipular masas y alejarlas del pensamiento), ni por la desigualdad, ni por la existencia vacía, ni por la sociedad consumista y superficial, ni por nadie, ni por mí. Tengo tantas ganas de ayudar, ya no hallo qué hacer (hasta en pastoral estoy metida por acción social) Dame un escudo nacional, una hoja y un lápiz, negras y blancas y un pentagrama, salvemos corazones y ayudemos al mundo...

martes, 21 de octubre de 2008

Grano de arena.

Ay que se me va la vida, ay que se me va...

Me someto a la armonía musical, son los sonidos y las expresiones los que definen mi ánimo, mi pensar, mi sentir.

Ay que se me va la vida, ay que se me va...

¿Cuántos somos las pequeñas lucecitas que alumbramos la real existencia? Y digo real porque lo que hoy vivimos no tiene pies ni cabeza.

¡Nos ahogamos en el consumismo, que alguien nos ayude!

Ay que se me va la vida, ay que se me va...

Es el rocío del dinero, es lo negro de gringolandia.

Ay que se me va la vida, ay que se me va...

¡Pásenme un escudo nacional y dame un libro de comer! Llegó la hora de salvar la sociedad.

Ay que se me va la vida, ay que se me va...

No uso ojos animes ni capas norteamericanas, sino que tomo mi lápiz y un trozo de papel, unas blancas y negras en pentagramas y me dedico a ayudar a la real existencia.

Ay que viene la vida, ay que linda es la tierra.

domingo, 19 de octubre de 2008

Resignación.

Tras búsquedas minuciosas, ineficientes y quejumbrosas, es el viento quien me susurra al oído. ¡Me ataca el prototipo! Es el pincel solitario que pinta sus libros en medio de corcheas imposibles (son blancas como la nieve...) Y entre paso y paso, mirada y risita, me doy cuenta que lo más saludable es observar la belleza del otro solo como un medio de entretenimiento, no fundamento la falta de sentimentalismo, pero es que en medio de esta soledad, el síndrome de febrero no me hace bien, siento que estoy tranquila, siento esa seguridad de que nadie puede hacerme daño, es tan gratificante... Y la verdad, es que me he recuperado, de vez en cuando, el recuerdo de una lágrima morbida sacude mi interior, pero como una pesa, refuerza mis músculos de la insensibilidad y es la experiencia la que me dice que debo vivir conviviendo conmigo misma.

martes, 7 de octubre de 2008

Hoy me acordé

Hoy recordé el dulzor que hace poco sentí, hoy concluí que aún es rebelde estre trozo de carme maldita y que aún sospecho de un suspiro encontrado. (suspiro) (llanto) El baile de la risa no tiene pie, sin embargo, no es una tristeza asesina la que me acoge, no, es solo el recuerdo de un ayer que perpleja mi faceta más relajada. La falta de tensión alude a mi musicalidad y la musicalidad recibe mi sentir. Hoy observé el canto de la lengua de una conviviente de colegio, "espero al príncipe azul" dijo ella. Pena me dio que la disciplina atara mi cantar, pues quisiera yo haberle advertido que no hay príncipes en esta tierra ni que tampoco nosotras somos princesas. Aquí no hay reyes, ni dioses, somos todos mortales...

lunes, 6 de octubre de 2008

Oportunidad

Es cierto, he sufrido en mi vida, me he equivocado y he caído en un centenar de ocasiones, he llorado y sacudido mi cuerpo entre las lágrimas y el lodo del error, he caído mil veces con la misma piedra y he asechado a la muerte como si por programación de televisión fuera. Me he tragado falsos romanticismos y también, despreciado el real de uno. He ejecutado las acciones más sin sentido argumentando una falsa incomprensión. He creído en los que no lo merecían y dudado de las frases verídicas y del más puro ritmo cardiaco. Sin embargo, sigo aquí, estoy con vida y he decidido ser feliz, he tomado el rumbo del diente a muestras. El ser humano está hecho para alcanzar la plenitud, no para morir, no nos convirtamos en mártires de nuestra propia existencia... Obviamente, voy a seguir cayéndome, y lloraré mil veces más, no importa, ¡ya nada importa! pues continuaré levantándome, pues ahora tengo un motivo por el cual luchar, tengo una razón por la cual poner el hombro. Batallaré contra la copia, pelearé con todo lo que me impida esbozar una sonrisa. Seré la eterna guerrillera contra mis dramas internos, vestiré de negro para los sondeos del mundo mientras el blanco más resplandeciente lucirá mi alma Pues, sea como sea, cueste lo que cueste, caiga o no caiga, seré feliz. Desde ahora, le río al mundo, le canto a la sociedad y le escribo al arte, pues nada, ningún mortal ni inmortal cometerá el desacierto de insinuarme los harapos negros, ya que la única negra que baila en mi cabeza, se llama sostenido o bemol.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Cuchara olvidada entre la espuma

Entre mis pasos pesados de culpa, eché un ojo en el lugar donde los platos pierden su historia y entre mi sorpresa, observé un pequeño brillo en medio de la espuma. Bañándose no estaba, ni tampoco en costumbres turcas, yacía ahí olvidada y desparramada por lo que alguna vez fue una nueva oportunidad. La miré con pena, su brillo seguía despanpanante, el problema no era suyo, sino de esa masa asquerosa que la enterraba en el desacierto. Aunque estaba a su lado, con las manos vacías y lo pies inyectados con pesar, me dediqué a solo observar, sin ninguna idea de qué hacer, ni tampoco, de algún acto heroico para reflejar. Caminé por su lado y sentí su lágrima bañándome en tristeza, miré hacia adelante pero en realidad, había volteado a acariciarla, porque mi ser, mi verdadero interior, lo que yo quiero mostrar, se devolvió, la lavó, la secó y la guardó junto con las otras cucharas. Sin embargo, ese coma profundo que me asecha día a día me ha convertido en parte de esa asquerosa espuma. Solo puedo dedicarme a una cosa, perdón, cucharita, por eso.

Anhelo

Anhelo